Después de muchos años de ruegos, acciones populares y cientos de reuniones
para definir su suerte, por fin uno de los lugares patrimoniales más
emblemáticos de la ciudad será rescatado del abandono y restaurado para su
aprovechamiento.
Se trata de la Quinta Teresa, esa casona de
más de 120 años ubicada en la avenida cuarta entre calles 15 y 16, que parecía
estar destinada al olvido y a la destrucción, pues pasaron años sin que nadie
prestara la más mínima atención a este deprimido espacio propiedad de Cristian
Andressen, quien adquirió los terrenos en 1887, y quien bautizó la elegante
casona con el nombre de su esposa, Teresa Briceño.
Los cucuteños fueron testigos de cómo el paso
de los años trajo consigo el deterioro de esta bella construcción, que
finalmente ve la luz gracias a los aportes del ministerio de Cultura y de la
Gobernación, quienes pondrán los recursos para su restauración.
Entre enero y agosto de este año se invertirán
cerca de 2.500 millones de pesos que deberán dejarla en perfectas condiciones
para que, con un nuevo y renovado aire, abra sus puertas para servir a la
sociedad cucuteña como un centro cultural.
El área de intervención es de 1.042 metros
cuadrados incluyendo zonas verdes, pasos peatonales y zonas de parqueo. Ya
incluso se observan las primeras obras en el sitio.
Esta restauración, hecha realidad después de
muchas promesas incumplidas que generaron un escepticismo generalizado en la
sociedad, es un gran aporte a la ciudad, que necesita a como dé lugar este tipo
de espacios para incentivar la cultura, el arte y para rendir testimonio ante
las futuras generaciones de la importancia de conservar este tipo de
edificaciones que reflejan las trasformaciones de las épocas.
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